"Tenía una idea, era una idea más propia de un virólogo. Él creía que se podía curar el racismo y el odio, curarlo literalmente inyectando música y amor en las vidas de la gente. Un día, cuando iba a tocar en
un concierto por la paz, unos matones se presentaron en su casa y le
pegaron un tiro. Dos días más tarde, se subió al escenario a cantar.
Alguien le preguntó que por qué, a lo que respondió: 'Los que intentan
hacer de este mundo un lugar peor no se toman ningún día libre, por qué
iba a hacerlo yo.' Hay que iluminar la oscuridad."